Cuando hablamos de
discriminación, creo que primero debemos aclarar qué queremos decir
exactamente. Mucha gente usa términos relacionados como racismo,
discriminación y prejuicio, y cuando la gente habla de qué pasaría en un
mercado libre puro en el que el gobierno no regula y después lo compara
con lo que tenemos en nuestro “gran sistema” ahora gracias a la
“benevolencia” de nuestro sabios políticos en el pasado, las leyes que
aprobaron, creo que necesitamos ser claros.

La mayoría de la gente
no tiene problemas con el racismo o los prejuicios
per se
mientras que estos no influyen en el comportamiento. Supongan que yo
realmente odio a los suizos, no los aguanto; pero tú no lo sabes porque
yo te lo haya dicho. En mi comportamiento, cuando contrato gente, cuando
tomo decisiones, cuando voy a comer, cosas así... tú no tienes ni idea
de que tengo esa clase de prejuicio. Entonces creo que la mayoría de la
gente diría: OK, no deberías ser penalizado por eso porque supondría
controlar tu pensamiento. E incluso la mayoría de nuestros oponentes
como mínimo dirían: no nos dedicamos a controlar el pensamiento. Puede
que algunos discutan esta afirmación, pero creo que la mayoría
admitiría: no, no estamos tratando de penalizar lo que pasa por tu
cabeza, estamos intentando asegurarnos de que no actúas de forma injusta
ni perjudicas los medios de vida de otro.
Así que a lo que realmente nos referimos
cuando hablamos del tipo de cosas que presuntamente el gobierno debe
evitar que pasen, pero que “sí pasarían” si tuviéramos un mercado libre
puro sin regulaciones, es a la “discriminación” entendida como la
situación en que uno es tratado injustamente debido, por ejemplo, a los
prejuicios raciales albergados por una persona con poder.
Así
que antes de analizar esto os pondré unos ejemplos para aclarar las
ideas. Algunos de vosotros puede que haya visto la película “Las
Horas”. Hay un reparto de grandes actrices y
una de ellas
era Nicole Kidman, que
hacía de Virginia Woolf, la escritora. ¿Qué hubiera ocurrido si a la
selección para ese papel (en la que participaron Nicole Kidman y otras
actrices famosas) hubiese llegado Dustin Hoffman, listo para la prueba.
La situación hubiera sido algo incómoda. Hoffman empieza a leer sus
frases, y le dicen: gracias, Sr Hoffman lo ha hecho muy bien pero no
creo que sea Ud adecuado para el papel. Supongamos que él les presiona y
les dice: ¿qué ocurre? ¿no les he gustado?
¿no
he entendido el personaje?
Al final, la respuesta
sería: no, es que usted es un hombre y no podemos contratarle para esto.
Y él puede decir: no, yo puedo hacer de mujer, estuve en Tootsie. ¿No
les gustó? Hoffman puede hacer de mujer
de
forma convincente, pero le seguirán diciendo: no, porque si le
escogemos, la gente se distraerá, verán la película sabiendo que es
usted y no quedará bien. Así que realmente, si lo pensáis, la razón por
la que le negarían ese trabajo es porque es un hombre. Esa sería la
razón fundamental. Pueden intentar adornarlo, pero la razón es esa. ¿Es
eso discriminación sexual injusta? ¿Es algo contra lo que se debería
legislar? Eso a la mayoría de la gente no le indignaría demasiado. Y no
es sólo porque Dustin Hoffman sea un actor famoso, rico, y no necesite
leyes que lo protejan. Incluso en el caso de teatros
pequeños
donde la gente
apenas gana
para comer y salir adelante,
si esto le pasara a alguien que quisiera interpretar un personaje
histórico y ser algo que no es, probablemente nadie pensaría que es
escandaloso. No nos referimos a esto cuando decimos que estamos en
contra del tipo de discriminación que supuestamente ocurriría en un
mercado libre.
Otro ejemplo. Si nos
fijamos en la NBA, obviamente la proporción de negros es mucho mayor que
en el conjunto de la población. ¿Es esto
prima facie
una prueba de prejuicios incontrolados en la NBA? La mayoría diría que
probablemente no. Si hablas con ciertas personas... yo conozco algunos
deportistas profesionales que dicen que sí: hay discriminación y si eres
blanco es más difícil entrar en ciertos equipos. Aun así, creo que la
mayoría piensa que no hay discriminación racial en la NBA, hay otros
motivos, no es discriminación. Hay otros ejemplos parecidos: no hay
muchas mujeres trabajando en minas de carbón, y cosas así. No es
necesariamente un caso de discriminación. Se pueden ver todo tipo de
casos como estos.
Así que, ¿qué es
exactamente lo que se quiere decir cuando se habla de discriminación?
Sabemos que no es sólo
el hecho de contratar a alguien, o no, en función de sus características
(raza o sexo) porque el caso de Dustin Hoffman lo prueba. Realmente no
es eso. Y no es tampoco que el conjunto de tus empleados no refleje
exactamente las proporciones de la población en general, porque eso
ocurre en el caso de la NBA. Si preguntas en serio a alguien ¿qué es eso
tan injusto que temes que pasaría en un mercado libre y contra lo cual
piensas que se debe legislar?
Si
fuerzas a la gente a ser específica, tendrían que decir: si tienes dos
candidatos y uno de ellos pudiera hacer un determinado trabajo mejor que
el otro (e insisto, tomando en cuenta todos los factores), si realmente
un candidato produjera más beneficio a la empresa, si este candidato
fuese más productivo y el empleador, debido a sus prejuicios, contratase
al otro candidato, eso sería discriminación, y esto es lo que debe
castigarse con multas o incluso cárcel. Eso pasaría en un mercado libre,
hace falta que el gobierno nos proteja. Pero si es esto lo que
entendemos por discriminación, entonces esas leyes sobran porque el
mercado libre lo penaliza automáticamente. Y no es sólo que el mercado
libre penalice la discriminación (como la acabo de definir), sino que lo
hace exactamente en la proporción correcta en función de la gravedad de
la discriminación. Así, por ejemplo, si alguien contrata a su cuñado
antes que a otro candidato la mayoría de la gente diría que no debe ser
decapitado, eso sería un castigo superior al delito; debería haber
alguna multa o algún tipo de castigo, pero no cortarle la cabeza a
alguien por algo así. Habría que cuantificar la gravedad de este acto
concreto de nepotismo. Quizá si los dos candidatos fuesen muy parecidos
en su productividad, pero prefiriese a su cuñado aunque el tipo no fuese
tan cualificado, debería ser multado pero no tanto. Mientras que si
hubiera dos candidatos, uno tuviera títulos universitarios y fuera un
número uno y el otro fuera un completo inútil, y contratase a este sólo
porque es de mi religión, algunos dirían que aquí la multa debería ser
mayor porque la decisión es muy discriminatoria, mientras que en el caso
del tipo que contrataba a su cuñado, los dos candidatos eran tan
parecidos que a lo mejor ni siquiera era consciente de la diferencia.
Pensadlo:
tenemos dos candidatos. Uno aporta a la empresa $100.000 en total; el
otro aporta $110.000. Digamos que el salario que vas a pagar es $85.000
y entonces el empleador sabe que si contrata al candidato que le aporta
menos, está automáticamente perdiendo el dinero extra que podía haber
conseguido. Así que no es una multa como si le quitasen dinero de su
cuenta bancaria, sino un beneficio potencial que podría haber obtenido.
Así que por contratar a uno porque se parece a mí o porque no me gustan
los musulmanes, o cualquiera que sea la razón por la que no contrate al
candidato más cualificado, el empleador deja de ganar dinero.
Y lo bonito de esto es
que no se necesita tener inspectores del gobierno, sino que esto sucede
automáticamente. Cada vez que un empleador contrata a alguien menos
cualificado por características realmente irrelevantes, hay un beneficio
potencial que no obtiene por culpa de sus prejuicios.
Sucede automáticamente, no tiene que ser
amonestado por sus accionistas, nadie necesita revisar las cuentas, y
darse cuenta después de haber pasado y volver atrás y rectificarlo:
sucede automáticamente, está dejando de ganar dinero.
Cuando
decimos algo así, hay gente obstinada que responde: no sé exactamente
dónde está el fallo de tu razonamiento, pero sé que no tienes razón. Mira
alrededor, a lo que pasa en los EEUU, o en el resto del mundo, ¿y
pretendes decirme en serio que no hay injusticias, que no hay enormes
diferencias de ingresos o resultados que parecen afectar a determinados
grupos que resultan “impopulares”? ¿Me estás diciendo que todo está bien
y que esa gente recibe un trato justo?
Y no, en general digo
que no, eso no es lo que estoy diciendo; pero el problema no es el
mercado libre. Por un lado porque no tenemos un mercado libre. Siempre
resulta difícil argumentar estas cosas porque parece que uno está
defendiendo el
statu quo
cuando en realidad no es así.
Por ejemplo, en
proyectos del gobierno como cuando el gobierno quiere construir un
edificio o alguna otra cosa que se saca a concurso, hay ciertas
regulaciones vigentes, que tuvieron que ver con el movimiento sindical,
de modo que, por ejemplo, hay que pagar los “salarios habituales”.
Cuando quiero participar en un concurso público, creo que esto se
remonta a la Ley Davis-Bacon, cuando el gobierno saca un contrato a
concurso no puede dárselo simplemente a la oferta más económica (siempre
suponiendo que la persona sea capaz de hacer el trabajo), no está
autorizado a hacer eso si la oferta es tan baja que está por debajo del
“salario habitual”. Y son datos históricos que los senadores y la gente
que votó por esta Ley eran claramente racistas, y esa era su motivación.
A principios del siglo XX decían: “tememos que los trabajadores de color
vengan a competir con sindicatos de blancos y que esto baje los sueldos”
y cosas así.
Les
preocupaba que hubiera, por un lado, sindicatos de blancos y gobierno
sacando proyectos a concurso y, por otro lado, los llamados
“trabajadores de color procedentes del sur” que decían “nosotros podemos
hacer ese trabajo, podemos construir ese edificio por... el 50% de lo
que piden los sindicatos de blancos”. Y el gobierno, que no
quería decir claramente “no, voy a dárselo a los sindicatos de blancos”,
porque eso sería obvio, en vez de eso aprobaron esta Ley que decía: “el
gobierno no está autorizado a pagar menos que una determinada fracción
del “salario habitual”, que por supuesto incluiría el salario que estos
trabajadores blancos sindicados estaban obteniendo. Así que fue una
manera sutil de canalizar dinero de los impuestos a las manos de
sindicatos políticamente poderosos integrados por blancos y que los
contratistas negros no pudieran conseguir el trabajo. Esto era por
supuesto racismo, racismo institucional. Y aún así es algo de lo que
presume el movimiento obrero para decir: “mirad qué gran cosa
conseguimos”. Si habéis oído hablar de la Ley Davis-Bacon en el colegio
estoy seguro de que la mayoría de la gente probablemente no resaltaría
que se trata de un ejemplo de racismo institucional. Y repito, podéis
leer las citas, algunas están en mi
libro,
de lo que la gente decía en favor de esto cuando se estaba aprobando.
Así que no estoy especulando sobre cuáles debían haber sido sus
motivaciones, puede verse cuáles fueron sus argumentos. |